3 de abril de 2014

Medellín, un lugar de memorias y resistencia.


Museo casa de la Memoria, panorama por fuera.
Durante décadas el sonido de las balas se ha escuchado en las calles de todo Colombia, pues el conflicto armado vivido ha marcado la historia de este país, pero esta vez no vamos a hablar de todo eso, hablemos del Valle de Aburra, Medellín. Una ciudad que ha sido muy acogedora tanto por su clima, como por sus oportunidades de empleo; una ciudad innovadora. Otros la ven como una opción hacia dónde ir, porque han sido despojados de sus tierras, debido a la violencia.
Sus habitantes han sido testigos de las múltiples heridas que le han sido abiertas a la ciudad y de la alteración de sus vidas que son sentenciadas a existir bajo miedo. La ciudad se sigue estremeciendo, pero cada vez son más fuertes las voces resistentes que aparecen desde los rincones para dejar claro que no son presencias sin nombres o números dentro de las cifras oficiales. Son relatos, son miradas, son ausencias, son dolores, pero sobre todo son memorias que se anuncian y transforman.

Esos relatos tienen lugar en el Museo Casa de la Memoria ubicada en el Parque Bicentenario, del barrio Bostón, es un lugar que nace por medio de las víctimas, no es lugar ajeno a nadie, son ideas propias de ellos, donde ellos pedían esclarecer la verdad de las desapariciones, los desplazamientos forzados, muchos conflictos internos que no se podían poner a la luz pública sin sentido, tenían que ser conmemoradas, para que las narraciones se escuchen y se pueda generar comprensión total sobre la complejidad de las violencias que han marcado la ciudad.

“Este Museo es construido para las víctimas, se plantea que sea un museo plural y diverso, desde el discurso cultural hasta las mismas participaciones, sin importar sus creencias, tanto políticas como religiosas. Nos propusimos ser un enlace para el discurso de la paz en transición. Por el momento conocemos sólo las historias de las víctimas, pero queremos conocer las historias de los victimarios, conocer ese punto que nos hace violentos, qué hace que en Colombia y en Medellín haya tanta violencia; qué es lo que hay en la cultura, mirarlo desde diferentes perspectivas” comenta Julieth Cortez, Coordinadora del área social. 

En el Museo se realizan varios eventos que permiten conocer las historias de las víctimas entre ellas están: museográfica, pedagogía social, diálogos de memorias, túnel de memoria, banco de los testimonios, memoria joven, entre otras que lo que buscan es conocer los contextos y las dimensiones, para abordar la magnitud y la diversidad de las situaciones que se han presentado: las diferentes víctimas, la permeabilidad de los actores armados, las situaciones de mayor impacto, incluyendo los procesos que desde la sociedad han surgido para responder a los daños ocasionados, además de tratar de identificarnos con nuestra región. En medio de estos procesos se da a conocer Rosalba Salazar, una mujer que buscó apoyo en el plan de apoyo a las víctimas, realizado por la alcaldía de Medellín.

Rosalba, es la mujer de buso morado que sonríe en la fotografía 
Rosalba Salazar, tiene 61 años, viene desplazada desde el municipio de Segovia, específicamente del corregimiento Machuca desde el año 2001, tras el homicidio de su esposo y otras seis personas por las AUC de Urabá. Relata que ya ha superado la situación, gracias al apoyo que se le ha brindado, al igual que sus dos hijos quienes presenciaron el asesinato de su padre. Vive en el sector de Manrique comuna 3, y empezará a laborar en el Museo Casa de la Memoria, con el proceso de guía en la parte de las áreas.
El asesinato de su esposo es una historia bastante fuerte, su hijo menor acompañó a su papá casi hasta el último momento, y aunque él ya ha logrado salir adelante, recuerda aún a su padre, afirma Rosalba.
Conozca la historia de Rosalba Salazar: historia-de-rosalba-salazar


El Museo Casa de la Memoria como proyecto de la Alcaldía, hace parte fundamental del propósito: Medellín un hogar para la vida. Los invito a conocer este espacio, a sumarse a él, y al propósito central, el de la reconciliación, entender que en el proceso de la paz, todos podemos dar los mejor de nosotros mismos. En el lugar está expresada, está plasmada la violencia vivida desde los años 50, hay testimonios, propuestas de vida que construyen un futuro.
                                        

Imágenes de Museo Casa de la Memoria

Historias con voces.


Pantalla táctil que muestra todos los hechos violentos representativos
de la época.


Personas acompañando a Rosalba en su proceso como guía, apenas empezando.


Se muestran todos los Municipios de Antioquia, que han sido atropellados por la violencia.
Por: Katalina Navarro


1 de abril de 2014

¿Cómo llorar?


La mejor manera es dejar a un lado los prejuicios, no existe una forma correcta de hacerlo. Sirve para liberar el estrés, manifestar tristeza o felicidad u otro vinculo asociado con la emoción, no provoca ninguna irritación. Se realiza en cualquier lugar, preferiblemente en un lugar solitario, si estás en un lugar transitado debes limitarte a no hacer mucho escándalo, ni llamar la atención del público, mucho menos que se vean muy forzada tus lágrimas. Lo primero que haces es contraer y estirar la barriga, suspirar, parpadear; sentirás un nudo en la garganta, debes arrugar el rostro si se trata de un llanto de dolor, o en caso de que sea de alegría con solo cerrar los ojos basta, seguido vienen los llamados mocos nasales. Si necesita llorar para una novela, sólo necesita recordar momentos amargos de su propia vida, cuestión de pensamientos propios “recuerdos”. Empezaran a salir las lágrimas, tus ojos empezaran a sentirse abrumados, usted debe coger un pañuelo y secarlos uno por uno, al igual que soplarse los mocos nasales para evitar ahogo. Para las mujeres es recomendable hacerlo cinco veces al mes, hombres tres veces para evitar depresión, no exceder los 10 minutos.


Por Katalina Navarro.